Serie Voces femeninas olvidadas por la narrativa patriarcal: "Teresa Wilms, escribir desde el dolor"

Por Cristina Velasquez
El arte es ¿dominio de los hombres?. No, definitivamente no, sin embargo la creación pareciera ser un concepto, una idea, una acción en que la participación de las mujeres ha estado ausente a lo largo de la historia. Si nos preguntamos por los grandes nombres en la historia en general y en la del arte en particular, los primeros que suelen acudir a nuestra memoria son de hombres. Sin embargo la participación de las mujeres ha sido bastante prolifera y permanente, participación que ha sido prácticamente ignorada por el discurso oficial del momento, lo que ha llevado a que muchos nombres de mujeres escritoras, pintoras, fotógrafas, etc., (quizá no la danza por ser mas “femenina”.) hayan sido olvidados o borrados de la historia y de la memoria colectiva.

La labor realizada por las mujeres en el ámbito artístico, se cruza sin duda con el rol asignado tradicionalmente a las mujeres que las circunscribe o las ha circunscrito al ámbito privado y doméstico, lo que ha llevado a que las posibilidades de incursionar de igual a igual en “mercado artístico” con sus congéneres hombres haya sido y sea bastante compleja, quizá más que difícil.

Si bien esta situación ha ido cambiando, aún en el imaginario colectivo las mujeres continúan siendo sujeto del arte y para el arte. Por otro lado, más allá de la función estética y creativa del arte, más allá de comunicar como el artista percibe y aprende la realidad en términos estéticos. El arte también tiene la función muchas veces de forma intencionada o no de ser un llamado a transformar las estructuras sociales y en este sentido el aporte de las mujeres ha sido muy interesante, por un lado ha dado cuenta de cómo percibimos el mundo en un momento dado de la historia en tanto que mujeres y por otro lado a través del cuestionamiento a la cultura dominante se han convertido en agentes de cambio y de desarrollo social en épocas en que la posibilidad de abrirse espacio para la expresión era extremadamente difícil. Entendiendo la idea de expresión de forma global.

Las mujeres sin duda han aportado a través del arte una mirada diferente hacia el pasado y el presente, en donde arte y vida se fusionan para dar vida a la obra artística y plasmar en ellos los más controvertidos y delirantes aspectos de la condición femenina. Amores, desamores, deseos, hijos, erotismo, sexo, locura. Tantos y tan variados son los aspectos de la vida humana que han sido plasmados bajo la mirada de las mujeres y que nos han llevado a adentrarnos en nuestros propios mundos y quizá a comprender nuestros propios sin sentido en una época vertiginosa y tecnológica como la actual. El arte de las mujeres muchas veces se convierte en un proyecto sociológico reivindicativo.



Si nos remontamos a principios del siglo XX, la producción femenina en las letras por ejemplo, era una producción intensa, cargada de búsqueda, de necesidad de ser y de sentir, de construir y de entender el propio “ser femenino”, el propio “ser mujer”. Una producción en la que se plasma también la necesidad de experimentar la vida, el amor, el sexo, sentir la libertad de la fluidez sin cuestionamientos y restricciones sociales. Todo ello por cierto, muchas veces con un gran costo social y familiar.

No se si las búsquedas han cambiado con el tiempo, no se si la contradicción permanente de lo que nos toca vivir en una época u otra han cambiado. Hace poco se escribía respecto de la obra de la pintora Teresa Matas: “su obra se asienta sobre dos amplios pilares: la introspección interior de una mujer que siente la necesidad imperiosa de realizarse y el dolor canino de acceso al propio ser e instrumento iluminador de las diversas luchas internas que ésta realización produce para lograr un espacio espiritual y físico en el mundo». Al leer estas palabras de la obra de una pintora tan actual, pareciera ser que una de las características que ha marcado las líneas de trabajo (no la única por cierto) de las mujeres artistas ha sido la misma sin importar en que época nos situemos. Si nos centramos en el mundo de las mujeres de letras, nos encontramos con muchas cuya obra perfectamente podría ser definida de esta forma.

Muchos nombres de mujeres circulan en el imaginario literario, con un importante aporte en la comprensión de cómo se ha ido construyendo la identidad de las mujeres, dando con ello un vuelco a la escritura tradicionalmente patriarcal. Sin embargo también están aquellas cuyos nombres desconocemos, como por ejemplo Teresa Wilms Montt, escritora chilena, muy controvertida para su época (1893-1921), tal como lo fueron Virginia Wolf, Anaís Nin, entre tantas otras.

La Fusión del arte y la propia vida, llevo a que las mujeres de principios de siglo, fueran tratadas como, rebeldes, controvertidas, histéricas, promiscuas, bohemias, trasgresoras, putas, enfermas, locas, etc. Y sus vidas marcadas por los amores y desamores, la soledad, los encuentros y desencuentros. Teresa Wilms, no escapo a estos calificativos ni a esta forma de vida.

Controvertida: Nace en Viña del Mar, en el seno de una familia de “alta sociedad”. ¿Qué significó etextosto? Haber sido educada solo para el matrimonio, cuyas opciones solo serían ser madre y ser en la medida de su marido, un simple acompañamiento sin identidad. Su interés por la vida artística, que se manifiesta desde pequeña tenía muy pocas o ninguna posibilidad de ser desarrollado. Su espíritu impetuoso se ve totalmente frenado por el autoritarismo de su padre Federico Guillermo Wilms.

Rebeldes: Su primer acto de rebeldía y que implico el destierro y el abandono familiar, fue su matrimonio a los 17 años con Gustavo Balmaceda, de quien estaba profundamente enamorada y con quien compartía una gran afición por la opera. Sin embargo pese a este amor, ella no quería ser un accesorio social sin opinión.

Se trasladan a Santiago, donde el carácter artístico de Teresa comienza a sentir que tiene un lugar de expresión en la bohemia vida capitalina. Esto implico que su relación no estuviera exenta de problemas y de maltratos. Los celos se hicieron una constante en esta relación.

Por motivos de trabajo de su marido se trasladan a Iquique junto a su pequeña hija. Y es aquí donde su espíritu rebelde se ve alimentado por su vinculación a los movimientos feministas y sindicalistas de la época, consolidando con ello su espíritu librepensador, adscribiendo ya de forma abierta y pública al pensamiento masón y anarquista. Esto fue el inicio de su incursión en política, participando con el seudónimo de Tebal en la prensa iquiqueña.


Histéricas y enfermas:
Tras el regreso a Santiago nace su segunda hija y también es descubierta la correspondencia amorosa que mantenía con su primo Vicente Balmaceda Zañartu. Esto implicó: su primera reclusión en el Convento de la Preciosa Sangre, el que le fuera arrebatada la custodia de sus hijas y su primer intento de suicidio.

El tiempo que estuvo recluida en el Convento escribe su Diario Íntimo. Texto cargado de emociones y de sentimientos reprimidos, amores imposibles. Diario que nos revela a una mujer y a tantas otras, con inquietudes, pasiones y anhelos reprimidos. Letras que nos muestran la fuerza, la desolación y el desencanto ante la vida: “Nada tengo, nada dejo, nada pido. Desnuda como nací me voy, tan ignorante de lo que en el mundo había. Sufrí y es el único bagaje que admite la barca que lleva al olvido”.


Locas:
Ayudada por el poeta Vicente Huidobro escapa del Convento con destino a Buenos Aires en el año 1916. Una vez ahí, comienza a participar de la intensa y bohemia vida cultural e intelectual de la ciudad porteña. Esta situación se podía considerar un privilegio, pues muy pocas mujeres podían acceder a este espacio dominado exclusivamente por hombres. Durante esta estancia en Buenos Aires participa en la revista Nosotros, en la cual también había colaborado Gabriela Mistral.

En 1917 sus anhelos de escritora por fin se ven concretados con la publicación de los libros Inquietudes Sentimentales y Los Tres Cantos. Ambos fueron muy bien recibidos por la critica de los círculos intelectuales bonaerenses. El primero cargado de surrealismo y el segundo un intento de exploración por lo erótico y espiritual.


Trasgresora:
Este autodestierro que se inicia en Argentina le dio un poco de paz y tranquilidad y su espíritu trasgresor fue encontrando acogida en los círculos de los grandes artistas de la época. Tras pasar un periodo en Buenos Aires, se dirige a Nueva York, para arribar finalmente en Madrid. Ahí se codea con importantes escritores y publica En la quietud del mármol, libro que tiene como eje central la muerte. En este libro toma el seudónimo de Teresa de la Cruz.

Durante su corta vida Teresa llevo una vida muy intensa e itinerante, lo que le permitió desarrollar un importante carrera literaria.

En 1918 regresa a Buenos Aires, donde publicó la colección de Cuentos para hombres que todavía son niños, en el año 1919. Luego vuelve a dirigir sus pasos hacia Europa, pasando por Londres, para luego volver a arribar a España, en las ciudades de Sevilla, Córdoba, Granada, Madrid. Su vida se iba tornando cada vez mas en una permanente huida ante una sociedad que no la comprendía y a un destino como bien ella define que la llevaba simplemente a errar.


Promiscuas, bohemias, putas:
Las mujeres de aquellos años que frecuentaban los bares, que se decidían a hablar y opinar sin miramientos, que bebían y se dejaban embriagar por la pasión de la noche. No podían si no ser calificadas de esta forma. Así escribe en su diario:

Iquique 1915

“Vivíamos en un hotel de mala muerte, pero el mejor del puerto, rodeado de toda clase de hombres extranjeros y chilenos, comerciantes, médicos, periodistas, literatos, poetas, etcétera. Una Vie de boheme, más o menos. La noche era para charlar, el día para dormir, la tarde para escribir. Yo era la única de sexo femenino en aquellas reuniones y así era demasiado consentida, pues todo me lo celebraban. Yo abusaba del licor, de los cigarrillos, del éter etc, etc. También me gastaba ideas anarquistas y hablaba con el mayor desparpajo de la religión, y participaba de las ideas de la masonería. Escribía para los diarios, daba conciertos.

Mi opinión sobre las mujeres es tristísima y muchas veces me avergüenzo de ser mujer... Sin ser malas lo aparentan, son débiles, orgullosas, profundamente estúpidas y vanas. ¡Son animales de costumbre!

Los hombres son malos de veras, viciosos, insensibles y egoístas. Son incapaces de un sentimiento delicado, que no sea para ellos mismos; pero son superiores.... Cuando los veo elegantísimos, irreprochables, diviso a través de su indumentaria al mono, a la bestia carnívora, hambrienta y lujuriosa....

Es claro que en ambos casos hay excepciones, pero son las pocas.”


Buenos Aires 1917

“Aprovechándome del frío y de la cómoda postura (casi a horcajadas en un aparador), sin pedir permiso, me apropio de una botella de whisky. ¡Oh whisky, supremo pacificador, en invierno calientas, en verano refrescas y en toda estación eres un buen tónico para los que padecemos Spleen. Después de haberte creado la Inglaterra puede llamarse inmortal!

Espero con verdadero terror la sorpresa que me proporcionará mi compañera de cabina. Ninguna de las que veo – y son muchas- me parece aceptable en la intimidad....

... El whisky no está malo, algo así como deseos de reír me acaricia en la garganta.
Que ridícula parece la llorona americana con los ojos corridos de tintura negra abrazada a una jaula con un loro. ¡Jesús otro loro! ¿pero que tienen las mujeres cuarentonas con los loros? ¿Qué poder misterioso ejerce en ellas el extraño pajarraco de plumaje verde? Acaso sea porque el verde es símbolo de la esperanza y ellas todavía esperan al que no se atrevió...”


Estos calificativos pueden ser reales o no. La rebeldía, el histerismo, la locura, el transgredir con cada simple acto, puede que hayan estado muy presentes en la vida de esta mujer. Pero, ¿Cómo sobrellevar tanta norma castradora? ¿Como sobrevivir ante la imposibilidad de ser? ¿Cómo callar aquello que quiere ser dicho? ¿Como vivir en un mundo que parece no haber sido creado para nosotras? Un juego de todo o nada que desborda, que imposibilita encauzar el sentido de la vida, un juego de lucha permanente ante la contradicción del ser y el deber ser.

Soledad, desolación, amores y desamores: Su itinerancia la llevo también a Paris, donde después de cinco años de separación con sus hijas, por fin logra reencontrarse con ellas, pudiendo verlas dos veces a la semana. Sin embargo esta felicidad no dura mucho. Sus hijas regresan a Chile.

La separación de sus dos hijas, los fracasos amorosos, la imposibilidad de unir amor y su pasión por la escritura, la llevan a suicidarse en vísperas de navidad en el año 1921. Una muerte a la que decide entregarse para cesar con el sufrimiento con el que ha cargado toda su vida, por la incomprensión y represión de su espíritu librepensador, sentimiento que queda reflejado en las últimas frases de su diario: "Morir, después de haber sentido todo y no ser nada...".

Cristina Velasquez (Titi)

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Poeta cubana Fina García obtiene Premio Pablo Neruda

La poeta cubana Fina García Marrúz consideró una sorpresa y un honor recibir el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, que le entregará en Chile Michelle Bachelet, presidenta del país austral, publicó hoy el diario Juventud Rebelde.


"Ante un premio... uno piensa siempre en tantos escritores que lo merecían, y no lo recibieron. Martí "el hombre más puro de nuestra raza" como lo llamó Gabriela (Mistral), no tuvo sobre su pecho más que una medallita escolar que recibió a sus nueve años",
acotó Fina.

"Eso obliga a una gran humildad", sostuvo la artista en una entrevista que le realizó la periodista Rosa Miriam Elizalde.

El Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, conferido a la autora de Visitaciones, fue dado a conocer el 14 de marzo en Chile. La presidenta Michelle Bachelet se lo entregará en junio en el Palacio de la Moneda.

Acerca de Neruda, García Marruz aseveró que como todo joven de su época se conocía de memoria los 20 poemas de amor y una canción desesperada, a los cuales llamó clásicos del romanticismo americano.

"Tanto Tala de Gabriela Mistral, como Residencia en la Tierra, de Pablo Neruda son libros focales de la poesía americana", agregó.

Con respecto a su conocimiento personal del poeta de Canto general, afirmó: "sólo lo vi una sola vez y fue aquí, en La Habana, en marzo de 1942. Hizo una lectura preciosa de los sonetos de amor y muerte, de Francisco de Quevedo".

Referente a Gabriela Mistral (1889-1957) recordó que la premio Nobel de Literatura 1945 le obsequió durante un viaje a la isla una tarjeta con esta dedicatoria: "escriba sólo por urgencia del alma".

Asimismo, explicó su problema para dar entrevistas: "me siento en esos casos como un violinista al que le piden un concierto de flauta. Yo me comunico mejor con el silencio, sin el que no se podrían dar la poesía, la música, ni el encuentro con uno mismo".

Fina García Marruz (La Habana, 1923), es una de las voces poéticas más importantes de la literatura cubana.

Esta escritora surgió dentro del grupo Orígenes capitaneado por José Lezama Lima y Virgilio Piñera y en del que formaban parte su esposo Cintio Vitier, premio Iberoameericano de Literatura Juan Rulfo, y su cuñado, Eliseo Diego.

Premio Nacional de Literatura 1990, García Marruz tiene publicados Visitaciones (1970), Los Rembrandt del Hermitage (1992) y Viejas melodías (1993), entre otros.

Fuente: Agencia de Prensa Latina

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Rosas contra el olvido


La Corporación Parque por la Paz–Villa Grimaldi en un proyecto de recuperación de memoria decidió replantar parte de la rosaleda original que se encontraba en Villa Grimaldi, como un homenaje, a las mujeres Detenidas Desaparecidas y Ejecutadas Políticas en este lugar. El 10 de marzo se efectuó un acto de homenaje donde Gloria Lazo leyó el poema "Prodigio" de Carmen Yáñez. Le Monde Diplomatique solicitó a Federica Matta que dibujara e ilustrara este poema que se refiere precisamente a esas rosas

Fuente: Edición chilena de Le Monde diplomatique Marzo 2007

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Afiche día Internacional de la Mujer 2007

En los preparativos de la celebración del Día Internacional de la Mujer en Barcelona, el Institut Catalá de la Dona convocó a concurso para seleccionar el cartel representativo de esta conmemoración. La técnica era libre y el concepto a representar era el de mujer trabajadora. Se presentaron más de un centenar de trabajos que estarán expuestos en el Institut (ubicado en Pere Coromillas 1) hasta el 20 de Marzo. Resultó ganadora la diseñadora grafica Marta Costa adjudicandose un premio de 3.000 euros. Se otorgó también una mención especial al cartel diseñado por Yasmina Navarro.

Los invitamos a acercarse al Institut para ver y disfrutar de la creatividad de los exponentes en vivo y en directo. Y para los que no puedan asistir, aqui les ofrecemos una visita virtual.



CBV

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